
Desde lo alto del pueblo, en los restos de la fortificación, puede verse a la perfección el monasterio barroco dedicado a Nuestra Señora de Valentuñana. Preciosa vista, maravilloso enclave cargado de Historia (con mayúscula), donde vio su primera luz uno de los gobernantes más inteligentes y perspicaces que ha tenido España: Fernando II de Aragón y V de Castilla, el Rey Católico.